Sal de mi!!!
Juan González, sal de mi!!! El poder de Paris te obliga!!! El poder de Paris te obliga!!!
O eso o refinate, que me estás espantando a las Parismigas!!!
Mira, si lo sé no cojo el Metro.
Bienvenidos a mi blog. Soy Alizia (pronúnciese “alichia”, porque yo lo valgo y porque me sale de ahí) y me encanta mi vida. Una recomendación: si no te gustan las pijas, no sigas leyendo. Porque mis amigas y yo somos pijas y este blog es para contarte lo bien que lo pasamos, lo guapas que nos ponemos y lo que nos cuesta ser así (y lo podemos pagar). Y si eso te va a doler es mejor que lo dejes ahora. ¡Ya!
Juan González, sal de mi!!! El poder de Paris te obliga!!! El poder de Paris te obliga!!!
Anoche hice abrir para mi el atelier de Chanel Lutos y Mediolutos para poder comprarme un traje que me quedara bien y que fuese lo suficientemente elegante como para sentirme hermosa, rica y chic en mitad del duelo. Todos eran negros. No me lo podía creer. Si al menos estuviese gorda (porque el negro adelgaza) pues le sacaría algún beneficio pero me miraba en el espejo de cuerpo entero y lo único que veía era un grajo (monísimo, eso si, pero grajo al fin y al cabo). Menos mal que tengo el cutis de porcelanosa y un brillo único en el cabello. Aún así me empecé a deprimir (como quién llena una botella de Don Pericón, yo me iba llenando de tristeza) y tuve que insultar a Malospelos (que me acompañó para que yo tuviese alguien a mano con quién desahogarme y con quien compararme). ¡Jolín! Todo estaba en contra de mi. Al final me compré un vestido de seda salvaje y corte imperio, largo hasta los pies, con un drapeado en el escote de piedras negras semipreciosas y un poco de cola. Me calcé unos Jimmy Choo ideales, plateados y con un tacón de vértigo. Lo acompañé todo de un sombrero de la línea Coco Noir, con un velo que caía sobre mi mirada dándome un aire misterioso y seductor y al cuello un único diamante, solo uno, colgado de un hilo de plata tan fino que parecía magia.
Éramos una marea rosa chicle, chicas, si nos hubieseis visto estaríais orgullosas de nosotras. Íbamos enarbolando la bandera del Hiltonismo (e incluso Clo se sacó un pecho) y nos congregamos las 15 en el lugar prefijado: el mirador de atelier Chaiselongue, un lugar único donde las chicas de la urba (todas no, solo el grupo más selecto) asistimos al show room de los diseños exclusivos de modistos como Balenciaga, Karl Lagerfeld y Paco Rabanne. En ocasiones modelos de primera fila (y cuándo hablamos de fila no me refiero a cocaína, ni a Kate Moss, ni a nada que una se meta por la nariz exceptuando el dedo y una alubia que se metió Vanity una vez) pasan los trajes para nosotras. Chicas como Eva Herzigova, Heidi Klum y Juncal Rivero han mostrado vestidos que luego yo me he puesto (y no se me han caído los anillos). Ese es el atelier Chaiselongue (un placer que asocio a momentos de gran felicidad).
Chicas!!! Ya está a la venta el disco de Paris Hilton!!! ¿No es simplemente genial? Yo ya lo tenía descargado del emule porque como sabes no podía esperar más (no porque no tenga dinero para comprarlo, digo esto por si me lee la SGAE) y me churraba viva por tenerlo pero, en cuanto salió a la venta, me fui directa al Mall (centro comercial) de La Moraleja Alta y me compré 4 copias (si es por mi, desde luego, que se ponga primera en la lista de ventas). El disco se titula, simplemente, “Paris”. Desde aquí quiero felicitar a los padres de Paris por ponerle ese nombre. Es que es tan evocador… Y todas sabemos que París es además una ciudad europea, francesa para más INRI. Y todas sabemos que todo lo chic, todo lo glamouroso y todo lo chispeante, viene de Paris (la cigüeña también decían que venía de Paris, pero es una mentira más gorda que la prima de Vanity. Resulta que las cigüeñas vienen de África, el continente de ahí abajo donde hace tanto calor y se sufren tantas miserias). En Paris se inventó el cruasán (no es lo mismo un cruasán que un churro, no me digas), la baguette (no es lo mismo, definitivamente, comprar una pistola que comprar una baguette), el champán (no es lo mismo tomar una copa de champán que beber vino en porrón, que te pones el pichi perdido)… ¿Necesitas más ejemplos? Y eso por no hablar de la moda. Haz un pequeño ejercicio: Pon en una hoja los nombres de diseñadores franceses y pon en otra, por ejemplo, diseñadores de Camerún. ¡A ver que hoja se llena antes! Y aunque Paris Hilton es americana (no confundir con sudamericana) lleva en su nombre la ciudad más chic. Tu imagínate que en lugar de Paris se hubiese llamado Rótterdam o Ugudugu… ¡Que espanto! Definitivamente no es lo mismo. Y si tuviese el nombre de una ciudad española??? Pues tendría que ser Bilbao, que es el más elegante, chic y cool de todos. Has visto lo bien que suena??? Que lástima no conocer a nadie de Bilbao. Algún día escribiré una entrada en torno a los nombres de las personas.
Chicas, ha empezado para nosotras un programa con el que vamos a disfrutar, a llorar, a reír y a churrarnos vivas. Las miserias y los dramas de unas chicas normales que quieren ser supermodelos. Y yo, que soy cool hunter y sé de lo que hablo, me voy a convertir en vuestra comentarista en exclusiva. Nos lo vamos a pasar chupi!!! Esto si que es un programa en condiciones, con el que aprender, y no “El coro de la cárcel” o esa ordinariez que presenta Paz Padilla de matrimonios. El glamour ha llegado a la televisión!!!
Imagínate mi situación: sola, sin nómina, sin ingresos, sin cobertura, el bolso de Prada vacío, ni siquiera tenía un triste caramelo sin azúcar que llevarme a la boca y en un lugar desconocido para mi, rodeada de gente de otras razas (vestidos horriblemente, sobra decir) y en estado de shock. Mi situación era dramática, así que me puse a andar por las vías (aún no sabía el riesgo que corría) con intención de encontrar una salida. Todo se iba haciendo cada vez más oscuro y las ratas corrían entre mis piernas (depiladas, menos mal) hacia vete tú a saber donde. Una vez vi en una película que los animales, guiados por su instinto, se salvaban de las catástrofes, pero yo no podía seguir a las ratas porque se metían por agujeros muy pequeños y yo estoy delgada, pero no quepo por todos los agujeros del mundo, imagínate. Entonces tuve tiempo para reflexionar: Como nos cambia el pensamiento, ¿verdad? En otras situaciones normales de mi vida las ratas me hubieran dado un asco que me hubiera muerto, pero en los 10 minutos que llevaba caminando por las vías se convirtieron en animales adorables, como ponis. Si me vieran mis Parismigas se volverían locas (que no se me olvide reivindicar a las ratas como animales de compañía en cuanto salga de esta situación tan terrorífica). Allí iba yo, como una Lady Godiva, acariciando la única rata que no me mordió al tratar de cogerla, hacia la luz al final del túnel. Espero que tengas la suficiente sensibilidad como para imaginar cómo me sentía. Esa luz que se movía solo podían ser los ángeles que venían a acompañarme hasta las puertas del cielo. La vida de esta pija que les habla había terminado y aún no había conseguido mi propósito que era ir de compras por Rodeo Drive con Paris y su hermana Nicky y después a repartir limosnas entre los pobres y tullidos de Beverly Hills (porque perdóname, Elba, aunque para ti todos los pobres sean iguales, deberías ver a los de Beverly Hills, con sus ropas de marca usada, que por ejemplo, pueden tener un pullover años 70 vintage de Joan Collins y no se les caen los anillos). No era justo. Tenía tantas cosas por hacer, tantas colecciones por ver, tantos diseños por crear y la luz de los ángeles cada vez estaba más cerca. ¡Que lástima!
Chicas, ¡terror!
Estoy harta, lo tengo que decir. Por culpa del intento de suicidio de mi abuela atiborrándose a tranquilizantes, tenemos que pasar las vacaciones en la urba. Cualquier pordiosero diría que pasar las vacaciones en la urba es como pasarlas en el paraíso pero para mi es tan cotidiano como desayunar pomelo (por aquello de que quema las grasas) o hacerme la manicura francesa. ¡Necesito respirar! Mi padre me ha llamado egoista pero, por Dior, hace muy poco que dejé de ser adolescente y me merezco estos berrinches. Como me aburro me he dedicado a fastidiar a Malospelos, que es ecuatoriana o sudamericana, no sé. He derramado el zumo de pomelo por la encimera y he desparejado todos los zapatos de mi madre (y son muchos). Te puede parecer que lo de los zapatos es una tontería pero no sabes como se pone mi madre cuando no le casan los zapatos (yo creo que es fetichista). Como Malospelos si lo sabe (a base de gritos e insultos), ha invertido media mañana en localizar un Jimmy Choo que yo había escondido en la bolsa de piedras higiénicas de los gatos (son dos, no recuerdo sus nombres y me dan un asco...). Al final no ha sido tan divertido como esperaba y me he arrepentido, pero ya era tarde. Así que me he ido a tumbar en el borde de la piscina a leer la "Loka", que salía en portada Orlando Bloom (si, tiene nombre de tomate y apellido de matamoscas, pero me pone como una perra). Y estaba ahí, sumida en mis pensamientos (Si yo fuese Paris Hilton tendría una habitación en cada uno de los hoteles Hilton del mundo) cuando ha llegado mi padre un tanto demacrado.