ALIZIA Y SUS PARISMIGAS

Bienvenidos a mi blog. Soy Alizia (pronúnciese “alichia”, porque yo lo valgo y porque me sale de ahí) y me encanta mi vida. Una recomendación: si no te gustan las pijas, no sigas leyendo. Porque mis amigas y yo somos pijas y este blog es para contarte lo bien que lo pasamos, lo guapas que nos ponemos y lo que nos cuesta ser así (y lo podemos pagar). Y si eso te va a doler es mejor que lo dejes ahora. ¡Ya!

27 agosto 2006

La Virgen del Coño 02

Imagínate mi situación: sola, sin nómina, sin ingresos, sin cobertura, el bolso de Prada vacío, ni siquiera tenía un triste caramelo sin azúcar que llevarme a la boca y en un lugar desconocido para mi, rodeada de gente de otras razas (vestidos horriblemente, sobra decir) y en estado de shock. Mi situación era dramática, así que me puse a andar por las vías (aún no sabía el riesgo que corría) con intención de encontrar una salida. Todo se iba haciendo cada vez más oscuro y las ratas corrían entre mis piernas (depiladas, menos mal) hacia vete tú a saber donde. Una vez vi en una película que los animales, guiados por su instinto, se salvaban de las catástrofes, pero yo no podía seguir a las ratas porque se metían por agujeros muy pequeños y yo estoy delgada, pero no quepo por todos los agujeros del mundo, imagínate. Entonces tuve tiempo para reflexionar: Como nos cambia el pensamiento, ¿verdad? En otras situaciones normales de mi vida las ratas me hubieran dado un asco que me hubiera muerto, pero en los 10 minutos que llevaba caminando por las vías se convirtieron en animales adorables, como ponis. Si me vieran mis Parismigas se volverían locas (que no se me olvide reivindicar a las ratas como animales de compañía en cuanto salga de esta situación tan terrorífica). Allí iba yo, como una Lady Godiva, acariciando la única rata que no me mordió al tratar de cogerla, hacia la luz al final del túnel. Espero que tengas la suficiente sensibilidad como para imaginar cómo me sentía. Esa luz que se movía solo podían ser los ángeles que venían a acompañarme hasta las puertas del cielo. La vida de esta pija que les habla había terminado y aún no había conseguido mi propósito que era ir de compras por Rodeo Drive con Paris y su hermana Nicky y después a repartir limosnas entre los pobres y tullidos de Beverly Hills (porque perdóname, Elba, aunque para ti todos los pobres sean iguales, deberías ver a los de Beverly Hills, con sus ropas de marca usada, que por ejemplo, pueden tener un pullover años 70 vintage de Joan Collins y no se les caen los anillos). No era justo. Tenía tantas cosas por hacer, tantas colecciones por ver, tantos diseños por crear y la luz de los ángeles cada vez estaba más cerca. ¡Que lástima!

- ¡Venid a mi, ángeles! ¡Libradme de este drama!

- ¿Estás loca?- me gritó el ángel.
- Loca no, estoy desesperada.
- ¡Anda, anda! ¡Tira para el andén!
- Lo haría si supiese que es un andén.

Resultó que el ángel era un señor con uniforme verde caqui (totalmente pasado de moda) y que la luz al final del túnel era la parada de Metro de Ciudad Universitaria. Te juro que cuándo vi la luz de los fluorescentes consideré que aquel era uno de los amaneceres más bonitos de mi vida (si, eran las dos de la tarde pero yo salía de la oscuridad). Entonces quise abrazar al vigilante jurado pero llevaba en mis brazos una asquerosa rata. La tiré al suelo y si no me hubiera dado tanto asco le hubiese pisado con el tacón.

- ¿Qué hacías por las vías?- me preguntó.
- Lo he perdido todo, señor (cuándo no tienes nada lo mejor es ser sumisa. Si, bien, es cierto, tenía mi ropa de marca, mi sujetador de Versace Lingerie y mi bolso de Prada, pero seguro que el señor, que se llamaba VJ Segur, no tenía ni idea de que mi ropa denotaba mi status).
- ¡A ver! ¡El billete!
- ¿Qué billete? Me lo han robado todo.
- El DNI.
- Lo llevaba dentro del monedero de Prada.
- Te tendré que poner una multa.
- No tengo dinero… Osea, si tengo dinero. Soy Alizia Betancourt de la Nova Hilton (lo de Hilton es mentira pero yo lo utilizo como tercer apellido, total…), hija de don Leandro Betancourt que es director general de una empresa que se dedica a la automoción…
- ¡Que si, mona! Y yo soy Paco González (¿y entonces porqué ponía VJ Segur en su uniforme? Aquí estaba pasando algo raro, ¿no crees?) y soy vigilante jurado y si no tienes DNI ni tienes dinero para pagar la multa, te tendré que llevar a comisaria.

Entonces me acordé de lo que siempre dice mi madre: Si te ves en una situación apurada, recurre a tus armas de mujer. Ella se refiere al spray antivioladores, pero me lo habían robado también así que decidí recurrir al chichi. No al chichi directamente, sino a todo el preámbulo antes del chichi. Además, como estaba depilada, me sentía más segura y confiaba más en mi misma. Entorné los ojos, parpadeé y le dije:

- A lo mejor lo podemos arreglar de otra forma… (¡Hijamía! Todo lo que han hecho series como Dinastía, Dallas y Falcon Crest por las mujeres).
- ¿De qué forma?
- Bueno… Ya sabes… Tu eres un mocetón… Yo en peores garitas he hecho guardia… Estoy depilada… ¡Soy un regalo!

Porque estoy segura de que este muchacho nunca ha olido un perfume de edición limitada como el que yo llevaba. La verdad es que VJ no estaba mal. A ese me lo llevo yo al centro de recuperación “Tinina Style Complex” (que es un complejo de estilismos y esteticienes que hay en la urba, de super tendencia, que te hacen desde las uñas de los pies hasta las mascarillas del pelo de la cabeza y te dan unos masajes que te churras y luego te visten y te maquillan y te perfuman y te quitan esos pelillos que crecen entre las cejas. Yo voy, mínimo, una vez a la semana. Además pertenezco al selecto Club Tinina, que es una distinción que te conceden no por gastar mucho sino por ser estilosa y tener estilo. Incluso he escrito algunos artículos para la revista bimensual Tinina´s News of Glam. El más conocido es “Lo rosa es chic”. Así que es un mérito que me he ganado por mi misma).

- Y si tú quieres…
- Tú eres una golfilla…
- Oiga, señor, sin faltar.
- …y yo soy gay.

Me estaba quedando sin recursos para evitar la cárcel. Tengo que acordarme de enviarle esta historia a Lindsay Lohan para que hagan una película con mi caso. Estoy segura de que, con lo dramática que se estaba volviendo la situación, Lindsay Lohan podría optar a un Oscar seguro. No te digo ya a un Globo de Oro que es de menos categoría. Eso se lo lleva de gorra. Y yo acudiría como guionista. Vestida de Vera Wang, en amarillo tostado, con un impresionante collar de amatistas y unas bragas de seda, de esas que te resbalan por el chichi y te hacen sentir limpia y sentir bien. Es que ya me estoy viendo. Y, sin embargo, despierta, Alizia, que lo que estás a punto es de entrar en la cárcel. Y recuerda las palabras de tu padre cuándo te negabas a ver “El coro de la cárcel”. Mi ingreso en prisión iba a ser un drama para la familia pero… ¿Y para mi? Por favor, yo no estoy acostumbrada a dormir en sábanas de mercadillo. ¿Es que nadie va a venir en mi ayuda? Por favor, yo necesito maquillarme para sentirme viva. Y necesito estar perfumada y bien peinada. Y mi único error había sido coger el Metro. Y mientras tanto, Clo estaría rezándole a la Virgen del Coño para poder hacer el amor todas las veces que quisiera sin miedo a quedarse preñada. De Clo podría hacer una de las hermanitas Olsen. Cada vez estaba más cerca de la comisaría. Pasamos junto a las taquillas y VJ dijo:

- Me llevo a esta perrilla a comisaria.
- ¡Por favor!- grité a la taquillera.- ¡Ayúdeme! Yo no he hecho nada. Mi único error ha sido viajar en trasporte público. ¡Por favor!

Grité, lloré, pataleé… Mi familia no podría venir en mi ayuda porque estaban todos en el hospital mirando el ojo abierto de mi abuela, buscando pistas que les decantaran hacia la vida o hacia la muerte. Y yo aquí, en plena calle, sufriendo un ataque de pánico (y sin lexatines en el bolso). Entonces pensé en qué hubiese hecho Paris Hilton en mi situación. Y recibí una señal. Justo en ese momento pasó a nuestro lado un universitario y yo grité:

- ¡Mira! ¡Brad Pitt! ¡El auténtico!

Resulté tan convincente (de algo que tenía que servir mis años como fans, gritando a los famosos en el aeropuerto y en los conciertos) que VJ volvió la mirada hacia el chico (que era un friki de la Facultad de informática, seguro) y yo aproveché para salir corriendo.

- ¡Ayudaaaaaaaaaaaaa! ¡Ayudaaaaaaaaaa!- iba gritando, como huyendo de la peor hecatombe.- Soy una víctima del sistema (esto me salió de dentro, como si hubiese sido poseída por La Pasionaria. Yo misma me sorprendí).

Y un grupo de revolucionarias que pasaban por allí con su Citroën EurOcasión me abrieron la puerta del coche y yo me monté en marcha, poniendo al límite mi vida, dejando a VJ allí. Por un momento me dio pena y sentí un profundo amor hacia él. Creo que eso se llama síndrome de Estocolmo. Pero se me pasó enseguida cuándo percibí olor a drogas de esas que se mezclan con tabaco. Miré a mi alrededor y vi a 3 chicas, todas extranjeras, con rasgos panchitos.

- Gracias…- les dije.

Y una de ellas, la más negra, me respondió:

- De gracias nada. Somos el Grupo Armado Chuchupotopelt y desde este momento estás secuestrada.
- ¡No me digas!- fue lo único que pude decir. Todo me olía a sudaos.

…(continuará)

5 Comments:

At agosto 27, 2006, Anonymous Anónimo said...

Estimada pija golfilla,

Soy el hermano de Paco Gonzalez, al que con tanto desprecio llamas VJ en tu historia. Eres tan tonta que te vamos a echar a la policía cibernética encima para que te enchironen por escaparte de mi broder y no pagar tu deuda con la sociedad. Que lo que has hecho es muy grave y muy delito, con el agravante de delito contra la salud pública por soltar una rata enferma y medio muerta (por eso no te mordió) en tol medio de un anden ocupado por honrados trabajadores que, probablemente, pedirán daños y perjucios a tu familia.

Naa... que como, en el fondo, soy un buenazo he convencido a mi broder para no liártela. Vamos... Que yo no soy gay y estaría interesado en que me la chupases o ponerte mirando a Almería que es una provincia con unas playas preciosas y que te ponen en todos los bares unas tapas de que te cagas.

Bueno... Pues eso... Que espero una respuesta pronto. Eso o el "Talego, Talego, Ta... Ta... Talego. Talego... Talego... Ta... Ta... Talego..."

Juan Gonzaléz, que se quiere churrar encima de ti.

PD: Molaría que publicases unas foto en bikini a ser posible. Que todavía no se si me voy a jincar a un chiguagua o que es que me tengo que tirar a la menda esa de marts attack que le ponen cabeza perro.

 
At agosto 28, 2006, Blogger Alizia con Zeta said...

Solo tengo una palabra para ti: Ordinario! Vete a otro blog en el que te sientas más en tu ambiente, por ejemplo uno de guarronas y déjanos a nosotras en paz. ¿Tu no sabes lo que es un grupo de pijas chillando, verdad? Pues provoca!!! Que yo también recuerdo en que estación estaba tu hermano y podemos ir a gritarle en la oreja!!!

 
At agosto 28, 2006, Anonymous Anónimo said...

Chica, que ordinaria... decir "coño"... ¡por dios! ¡Se dice el kiwi! jejeje

Está bien el blog... :)

 
At agosto 28, 2006, Anonymous Anónimo said...

Tendrás noticias del menda. Y mi hermano ya está sobre aviso y ha comprado tapones para los oidos...

 
At agosto 28, 2006, Anonymous Anónimo said...

Por cierto no se si sabes que a mi hermano le llaman el holangay errante, esto en realidad es por que cada vez que saluda a alguien que el cree es entendido mete la pata, pero también es aplicable por que cada día pude estar ligando, quiero decir vigilando, en cualquier estación. Vamos a colgar fotografías de se busca en el veterinario de Las Lomas y tu Chiguagua y tu pronto seréis trincadas. Te espero afilándome el pito. Serás mía o de nadie. Cede o muere. Lámeme o acostúmbrate a que tu novio sea un desatascador los próximos años.

Juan González que se va a churrar en tu cara

 

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