Hola, mis queridas Parismigas!!!
No sabeis lo bien que me sienta saber que me habeis echado de menos. Yo también os hubiera echado de menos a vosotras si no hubiera viajado a... Nueva Yooooooooooooooooooooooork!!! Tías, acabo de volver y lo primero que he hecho ha sido meterme en el blog para contároslo!!! Ha sido flipante, mejor que ser la primera en pintarse los labios con el nuevo rouge de Chanel. Una pasada!!!
Resulta que mi padre nos quería compensar por todo el drama que habiamos vivido con la muerte de mi abuela y nos ha invitado a viajar a Nueva York y a alojarnos en el Waldorf Astoria (que es lo más), junto a Central Park y donde se aloja, por ejemplo, Madonnaaaaaaaaa!!! Chicas, gritad conmigo!!! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! El Waldorf Astoria es una pasada porque coincidimos en los pasillos príncipes con divas de la ópera, gobernantes con prostitutas luxury, los más importantes cantantes como Justin Timberlake con... Conmigo!!! Fue alucinante porque mira, estaba gritando al portamaletas (resulta que en Nueva York también hay panchitos y son igual de lentos, igual de sudorosos e igual de dejados, que fuerte, y les tienes que gritar aunque no quieras!) cuando de pronto allí estaba Lindsay Lohan. Casi me hago pis encima. Menos mal que me había puesto una compresa superabsorbente que me tenía asfixiada y chupadita perdida y más que perder pis el chichi tiraba de mi hacia las fuentes cibernéticas para mojarse un poco. La verdad es que estas compresas superabsorbentes de Loewe son muy potentes, que se te meten un poco de la cuca y para despegártelas luego tienes que darte un agua con acetona y no veas como escuece. Pero como yo sabía que iba a hacerme pis muchas veces de forma incontrolable, preferí sufrir un poco (y sentirme un tanto penetrada) a ir dejando la gotita por los pasillos del Waldorf, tía. Además, tienen unos estampados muy monos que me siento como de la realeza.
En cuanto entras en el Waldorf un montón de empleados vienen a ti para ayudarte con tus maletas, con tu manicura y con tu peinado para que estés siempre impecable. De una bandeja puedes comer canapés exquisitos (yo no comí ninguno porque había desayunado fuertecito: media barrita de muesli y una pera limonera) y beber champaña francesa y vinos como Merlot y Pinot (ese no me gusta porque se llama con un dictador chileno que por lo visto mató a mucha gente y ahora está muy viejo y no acaba de morirse). También viene una farmaceútica con un botiquín de urgencia por si tienes cagalera, te ha salido una ampolla de los empedrados nuevayorquinos o te duele un poco la jaqueca. Un lujo increible. Yo pedí qu eme aplicaran un Slastic en las pestañas y un poco de gloss en los labios. Además, ya en ese momento, reservé para el sábado una master class con Teesa Mc Calloh (que como sabes es una cazadora de tendencias increible. Si los diseñadores están trabajando en lo que se llevará en 2007, ella te cuenta lo que será tendencia en el 2008 y ya os lo contaré, chicas, porque vais a flipar. Solo adelantaros que volveremos a hablar de putillas. Uy, perdón, de puntillas quería decir).
Mira, mi habitación no podía ser más cuqui. Elegí una que le llamaba Butterfly Room y estaba toda decorada de mariposas (y alguna polilla). La colcha era preciosa, de un raso finísimo con un estampado chippendal y las sábanas, a juego, eran de seda natural que, al meterte, te churrabas viva y te tenías que agarrar a los hierros del cabecero para no resbalarte y caerte al suelo. Y te vas a quedar muerta pero, al encender la lamparita de noche, casi me da un terelu. Mira, alrededor de la cama, como por el techo, apareció una coronita de mariposas metálicas que realizaron una coreografía solo para mi con los compases de La Marsellesa. Un sueño. Y una de ellas, la más gorda, que era del tamaño de un pollo capón, se tiró un pedete perfumado (digo pedete porque le salió como del culo, aunque no se si las mariposas tienen culo. Me lo pongo como propósito para reflexionar) de Chanel que me dejó loca. Entonces me levanté para comprobar qué se veía desde el ventanal y allí abajo, en la calle, estaba Lindsay Lohan. Que superideal!
Entonces, como me sentía muy viajada, decidí darme un baño relajante en el yacuchi de dos cuerpos. Me envolví en el albornoz de Donatella, desplegué todas mis cremas hidratantes, limpiadoras, brillos nacarados y en uno de los azulejos me encontré con esta frase grabada (como con el diamante de un anillo) que casi me resbalo y me abro el cráneo contra la chaiselongue de Luis XV. Decía (os lo traduzco por si no sabeis inglés): "En esta habitación yo, Paris Hilton, eché un polvo con dos camareros panchitos". ¿No es superemocionante? Me quedé deslumbrada porque ella es generosa y se comparte y cede su cuerpo glorioso a dos panchitos mugrientos que eso no lo hago yo ni borracha de pijimocho (que es como el kalimocho pero con vino de marca y pepsi light de edición limitada). Eso es lo que hace grandes a las personas, su generosidad (como Madonna con ese chandal tiñoso del H & M o Lindsay Lohan que evitó que su perro Cookie mordiese a un mendigo). Me metí en el yacuchi y me dejé llevar por el momento y se me pusieron duros los pezones (he pensado mucho en insertar esta apreciación respecto a mis pezones pero al final he decidido compartirlo con vosotras porque es un estímulo corporal super ideal que te hace sentir viva. Se me pusieron los pezones como cacahuetes chupaos, una cosa loca).
Me despertó el móvil (que ahora tengo lleno de diamantitos reales, que me los dejó mi abuela en herencia y yo he decidido pegarlos ahí para verlos siempre brillar) y era mi madre que me dijo:
- Alizia, estás idiotizada?
- Porqué, mamuchi?
- Porque llevo ya un montón de tiempo haciéndome la depilación portuguesa (que es como la brasileña pero en el bigote) y te he pedido cita a ti también.
- Jolín, mami, que estaba en el yacuchi.
- Mira lo que te voy a decir, Alizia, grábatelo bien: Una mujer con bigote no puede esperar.
Así que me tuve que poner cualquier trapillo (unos shorts superideales con incrustaciones de Swaroski para Dior y una T-Shirt de diseño exclusivo de Custo, numerada, de la que solo hay dos en el mundo y la otra la tiene la infanta Elena. O Cristina. No sé. La fea). Y me monté en el ascensor y no os lo vais a creer, porque esto es lo más fuerte que me ha pasado en la vida: en el ascensor estaban Tom Cruise, su novia y la pequeña Suri!!! Tom y su novia llevaban unas gafas de sol de Cartier que te da algo, con las patillas de platino y la pequeña Suri llevaba unas gafas de sol de Tiffany´s Children con pedrería de fantasía. Me churré viva pero tuve que reaccionar porque no podía desaprovechar aquel momento así que me lancé como loca al botón de STOP y paré el ascensor. Entonces Katie, que creía que quería robarles, empezó a sacar muy asustada la cartera de un bolso de Prada para darme todos sus dólares mientras Tom cubría a su hija con todo su cuerpo para que no le rozara ninguna bala caso de que yo hubiese sido una mujer mora y hubiese querido cometer un actoricidio:
- Que no quiero robaros, jolín! Si yo vivo en la zona buena de La Moraleja (ellos lo conocen como High High Moraleision, Spain) y soy de una familia superrica a la que no se le caen los anillos. Jo, tía, Katie, que bebé tan ideal! Si parece que le has hecho un Photoshop! ¡Suri! ¡Suri!
- No la puedes llamar.- me dijo Tom.
- ¡Ah!
La niña llevaba una chaquetita de angorina horrorosa que, según me dijo Katie, la había tejido una hermana de Tom que vive en Kansas y tiene el gusto "en el popo" (eso lo dijo ella en castellano). Katie llevaba un poncho de lana de cabra de los montes himalayos y las piernas sin depilar y Tom unos vaqueros Lee y una camiseta en la que ponía: Soy cienciólogo y si me fotografías te demando. Que fuerte, no??? Entonces Katie, que tenía que desinfectarse el pecho con Amukina para dar de mamar a Suri me miró con sus ojos de loca y me dijo:
-Nunca olvides que Dios es ese ser.
Y Tom Cruise añadió:
- Dale por favor al PLAY que me está entrando una congoja que me quiero morir.
No es genial lo que me pasó??? Sin que se dieran cuenta le quise hacer una foto a Suri (sinánimo de lucro) pero una panchita cargada con botijos de agua Vichy que se acababa de tropezar con un escalón, pasó por delante en plena caída justo cuándo yo hacía Click. Mira, me entró un coraje que tuve que tirar un jarrón al suelo y culparla a ella. ¡Jolín! Tengo 19 años y aún no he desarrollado completamente mi sentido de la madurez. Me llevo berrinches!
Cuándo se lo conté a mi madre no creyó que yo fuese tan amiga de los Cruise y que hubiese visto a Suri que es tan ideal... pero me dijo:
- Mira por donde va Lindsay Lohan!
Y efectivamente Lindsay Lohan pasaba por el hall del Waldorf Astoria comiendo una zanahoria, con un perrito amorrado a la cintura y un pecho fuera.
La verdad es que el viaje a Nueva York dio para mucho y os lo quiero contar todo, pero la actualidad es la que manda y hoy solo quiero destacar una cosa de la Supermodelo del año 2007, que he venido a casa a todo correr para poder verlo:
Hija, cuanto drama. Lo del cambio de look capilar ha sido una pasada y un golpe bajo. A una que se lo han cortado estilo vieja le ha dado un perrenque que yo creo que en un par de meses no vuelve a menstruar. Horrible! He acabado llorando con ella porque la entiendo perfectamente. Yo tengo una melena divina, diosa, rubia, supernutrida y muy bien cuidada y una niña, una vez, me pegó un chicle de Boomer muy poco massticado, ya sabes a lo que me refiero. Me lo pegó en la coronilla, tía. ¿Tú sabes lo que le supone eso a una niña de 14 años que siempre ha tenido una melena ideal? Mira, me ponía horquillas de piedras preciosas, coleteros de piel de armiño, me hacía unas trenzas divinas con hilos de oro, que parecía yo un vellocino de oro (el pelo de mi chichi también es rubio, que no os creais que me tiño. Lo único que hago es aplicarme una mascarilla de camomila y agua oxigenada que hace Malospelos antes de que cante el gallo). Y aquella niña, que aún recuerdo su nombre (Desdémona Malacostra, ya te he perdonado, pero como te vuelva a ver te jaro de los pelos y te saco los dientes a manotazos y luego de los meto uno a uno por el ojete, para que veas que yo también puedo ser bajuna aunque me de mucho asco sentirme así). Me pasé dos días llorando, que no quería ni ir al centro de estética ni nada, y el chicle cada día se agarraba más a mis pelos y yo cada vez estaba más deprimida. Y entonces mi madre me dio una gran lección de vida. Aprovechó que estaba dormida para cortarme el pelo al cero y cuando me levanté a la mañana siguiente, me miró muy fija y me dijo una de las frases que se me han quedado grabadas y que me hacen mejor persona: "Alizia, si te quedas calva siempre tendrás pelucas. Y las de Valentino son supercuquis". Gracias, mamá, por todo lo que has hecho por mi.
Y gracias a todas vosotras por seguir mi blog, que me hace muy feliz y me dan ganas de experimentar nuevas cosas y aprender mucho para compartir con vosotras. Lástima que no pueda colgar fotografías porque las tengo ideales. No sé porqué este blog me trata tan mal. Seguro que es el servidor y eso que yo estoy acostumbrada a que los servidores me sirvan. Me está putenado, seguro.
A tí, Juan González, empiezo a verte un atisbo de persona con sentido común. Si algún día me tragara mi asco y me pudiese acercar a ti, te daría unas clases magistrales para dejar de ser tan bajuno y tan del extraradio (aunque dice Clo que es perder el tiempo, que a ti se te ve que lo tienes bien enraizado y para quitarte la ordinariez habría que matarte y punto).
Sonsi, no te maltrates por haberte tirado a un uniformado de baja ralea porque a todas nos pica el chichi alguna vez y si no tienes a mano a un rosauro (cultivado y precoz), pues antes de meterte el pomo de una puerta lo mejor es utilizar a alguien que le de al tambor. Este consejo es superprivado y negaré haberlo dicho. Algún día os contaré de mis experiencias sensuales (yo siempre digo sensuales) pero os adelanto que aún soy virgen. Si seguís conectadas al blog os chivaré como ser virgen siempre que quieras (este truquito os volverá locas) y técnicas para que le engañes a él y acabe metiéndosela a un rollo de papel higiénico pensando que es tu mimi.
Y os tengo que dejar aunque me quedan tantas cosas por contar que tendría a Malospelos trascribiendo mis palabras toda la noche, pero aún me tengo que beber mi Actimel a sorbitos y observarme detenidamente para que el puntito rojo que tengo en la frente no se convierta en un grano y me pille por sorpresa.
Superosquiero y no perdamos la esperanza de que mañana en Gran Hermano entre alguien de La Moraleja Town o de la parte rica de La Moraleja que le de carisma y elegancia a un programa tan ordinario, chabacano y churrero.
Besos de satén con un poco de gloss Adobe Illustrator, que es la nueva línea de Rabanne y la imagen de marca será Genoveva Casanova. Que ideal!